A mis amigxs, hermanxs y/o compañerxs
Aún recuerdo como si fuese ayer mismo el
día qué ¡por fin!, abandoné (expulsado) ese frio sepulcro aséptico y
hermético que fué la prisión de máxima seguridad de Aquisgrán (Aachen)
en Alemania …
El 16 de Enero (2013) llegué al
Aeropuerto de Barajas (Madrid) escoltado por la Interpol; y de allí me
condujeron a los Juzgados de Plaza Castilla ; no sin antes haber sido
fotografiado (con especial interés en el pecho pues esperaban, en vano,
encontrar tatuado el acrónimo de la FAI/FRI), “tocado el piano” (sacar
huellas digitales) para cerciorarse qué, efectivamente, era yo…
Debo decir que hubiese debido abandonar
Alemania en Diciembre y/o Noviembre; pero esto se vió repentinamente
“bloqueado” dado que la República de Italia había interpuesto una “OEDE”
ante la Bundesanwaltschaft de Karlsruhe con la intención de
extraditarme por lo relativo a la “Operación Osadía” …
Por “fortuna” (o por el hecho de ser
juridicamente “ciudadano español”, reclamado por una OEDE presentada con
anterioridad por este pais) los “Digos” italiotas tuvieron que
“quedarse con las ganas” (momentáneamente … ), cuando el alto Tribunal
alemán (tras varias “gestiones” jurídico-policiales) decidió que las
“acusaciones indiciarias” vertidas contra mi persona por el R.O.S eran
(y son) insuficientes como para concederle a la República italiana mi
extradición.
Así pues tuve la fortuna de ahorrarme conocer el “Bel Paese” a través de sus prisiones y sistema Jurídico…
“Ingenuamente” creía qué, finalmente, me
había “quitado de encima” a los Digosos con sus delirantes acusaciones y
podía acabar de « finiquitar » el resto de mi secuestro legal en este
país…
Me resulta imposible plasmar en unas
hojas de papel todas las impresiones-ideas-emociones que sentí cuando
dejé atrás la prisión de Aachen y Alemania en su conjunto…
Tras ocho años y medio”sepultado vivo”
en este país (23 horas al día encerrado en una celda y una hora de patio
diaria) por negarme a desempeñar “trabajos forzados” y ponerme el
uniforme de presidiario (además de habérseme robado y saboteado
sistemáticamente mi correspondencia: con lo cual me fueron quitando las
ganas de escribir de manera gradual en los últimos años… ) creía que “lo
peor” quedaba definitivamente atrás…