El exsecretario general de Servicios
Penitenciarios de la Generalitat Albert Batlle ha reconocido que hubo un
“procedimiento irregular” en el traslado de presos de la cárcel Quatre
Camins la noche en que supuestamente 56 internos fueron represaliados
por el motín del 30 de abril de 2004, en el juicio que se está
celebrando en la Audiencia de Barcelona contra ocho funcionarios por
maltratar a internos.
En su declaración ante la juez, Batlle ha
explicado las lesiones de algunos presos no eran compatibles con un
“uso adecuado” de los medios coercitivos, según un expediente de
información reservada que se instruyó para saber qué había ocurrido.
También ha asegurado que denegó la
entrada de funcionarios que no estuvieran de servicio en la cárcel y que
insistió en prohibir el acceso a aquellos que fueran de otros centros,
pero que igualmente entraron: “Visto lo visto, constato que la orden no
fue transmitida o, en cualquier caso, no fue cumplida”.
Batlle ha declarado que desconoce
quién fue la persona que permitió la entrada a los más de 200
funcionarios que no debían estar en el centro, pero que “sería abusivo
responsabilizar a los jefes de servicio y del centro”.
El entonces subdirector general de
Régimen y Servicios Penitenciarios, Manuel Roca, lo ha desmentido y ha
señalado que el comité de crisis autorizó la entrada de funcionarios del
centro y que incluso se les pagaron las horas extra: “En principio,
funcionarios de Quatre Camins fuera de servicio podían entrar paya
ayudar”, y lo que se prohibió fue la entrada de funcionarios ajenos.
El expediente de información
reservada –que más tarde se trasladó a la Fiscalía– también intentó
aclarecer quién fueron los responsables de esta situación, sin que
finalmente se pudiesen identificar.
El exsecretario general de Servicios
Penitenciarios ha puntualizado que “en absoluto” se le informó de que se
habían utilizado medios coercitivos como las porras durante el traslado
de los internos a la sala de ingresos, y ha asegurado que no fue hasta
el 17 de mayo cuando supo que algunos presos habían sido heridos.
Batlle ha dudado de las condiciones en
las que los Mossos d’Esquadra trasladaron a los internos a las otras
cárceles, y ha explicado que salieron 20 lesionados de Quatre Camins, y
constaron 26 al llegar a sus respectivas prisiones.
Según ha relatado el exjefe de
servicio de centro de Servicios Penitenciarios José Luis Valdivieso,
cualquier interno debía pasar por el centro de la cárcel –el ‘pirulí’–
donde se manifestaron los funcionarios hasta la madrugada para pedir
mejoras laborales.
Batlle ha declarado desconocer si la
manifestación fue coetánea al momento de los traslados, y las
acusaciones han insistido en saber si en aquel momento se vivía en la
cárcel un “vacío de poder”, sin más autoridad en ese momento que la de
los propios funcionarios.
El exsecretario general ha insistido
en que el equipo directivo del centro cumplió “perfectamente su misión”,
pese a reconocer que estuvo la mayor parte del tiempo en un edificio
aislado, desde donde no se podía ver qué pasaba en el interior de la
cárcel.
Ningún comentario:
Publicar un comentario