Según AFAPREMA:
«Parece que por fin alguien está poniendo a cada uno en su lugar y
persiguiendo, de una vez por todas, las redes corruptas que campan a sus
anchas en el interior de las cárceles españolas (en muchas, por más que
la Administración se canse de decirnos que son casos aislados). Dos
ejemplos solo en esta semana.
Primero la trama de la cárcel de Palma, donde unos funcionarios distribuían droga y teléfonos móviles, que se pagaban con dinero o con sexo, y a los reclusos que se interponían en sus planes se les acosaba o se les propinaban palizas.
Los 5 acusados se enfrentan a delitos de cohecho, tráfico de drogas,
coacciones, atentado a la autoridad, abuso de funciones públicas,
obstrucción a la justicia, revelación de secretos o abuso sexual (casi
nada…). A ver si los vemos pagando cárcel de una forma proporcional,
como todo hijo de vecino.
Otro caso que clama al cielo: la trama de la cárcel de Huelva. Aquí eran todavía más descarados y ambiciosos –a quién van a temer si ellos son la ley–: dos funcionarios, el ex administrador de la prisión y uno de los responsables de la oficina de administración
del centro (aunque no se descarta que haya más personas implicadas) han
sido suspendidos de empleo y sueldo. El Ministerio del Interior
descubrió un importante ‘desvío’ económico a finales del pasado año cuando descubrió que se estuvieron esquilmando las cuentas del centro penitenciario a través de una doble contabilidad. La cantidad desviada rondaría el medio millón de euros por ahora. ¿Alguien da más? Esto es el mundo al revés…»
extraido de Boletín Tokata
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