Manifiesto leido en una concentración ala puerta de la
cárcel de Fontcalent :
Nos hemos dado cita esta mañana, en este lugar, un grupo
de personas que trabajamos por una sociedad mejor. Nos encontramos a las
puertas de un recinto lleno de sufrimiento, un complejo vallado y fuertemente
custodiado en el que el Sistema enjaula a aquellos de sus individuos que le
sobran, que le molestan, aquellos de quienes desea vengarse, o aquellos a
quienes quiere utilizar como cabezas de turco, como aviso a navegantes de que
nadie puede incumplir las normas del poder sin recibir un castigo.
Mucha gente piensa que es justo y necesario tener
encarceladas a las miles de personas que hay entre rejas en nuestro estado.
Quizá por eso nos hemos convertido en el país de la Unión Europea con
más presos por habitante, con una de las tasas de delitos más bajas. “Algo
habrán hecho”, suele ser el argumento más empleado. Entre la opinión pública
cunde la falsa opinión de que nuestro sistema judicial es blando y que la
cárcel es un lugar al que los delincuentes entran por una puerta y salen por la
otra. Hay una paranoia colectiva que pide cárcel y más cárcel para enfrentar
cualquier tipo de problemática social. En esto no hay ideologías. Todo el
mundo, se sienta de derechas o de izquierdas, pide cárcel para aquellos
colectivos que encienden sus iras.
Y así todos caemos en la trampa que tiende el poder, el
cual aprovecha para endurecer las leyes una tras otra, y para aumentar su
capacidad de control social. Nuestras leyes no son blandas. Al contrario,
tenemos uno de los códigos penales más duros del continente europeo, el cual no
deja de endurecerse, y nuestras penas de prisión son de las más largas. Está
sobradamente demostrado que los problemas sociales se solucionan con prevención
y actuando sobre sus causas respectivas. La cárcel es un mero castigo que ni
previene ni trabaja sobre la causa de conflicto alguno. Es una simple y vulgar
venganza. Por ello LA CÁRCEL
NI RESUELVE NI PUEDE RESOLVER LOS PROBLEMAS.
Lo que sí hace la institución carcelaria es deshumanizar.
Permanecer en la cárcel es pasar por un proceso de demolición sistemática del
individuo a nivel físico y psíquico. Lejos de la función rehabilitadora que
pomposamente le asigna la Constitución Española , la cárcel es un lugar de
encierro y castigo, en el que la persona queda aislada de sus seres queridos y
de su propia vida y a merced de la impunidad de sus guardianes. En la cárcel,
de facto, no existen derechos, y nadie, o casi nadie sale de la prisión
habiendo mejorado las circunstancias personales que le llevaron a ella. La
realidad es que LA
CÁRCEL DESTRUYE A LAS PERSONAS.
Una sociedad digna de ser llamada “humana” no puede
esconder sus problemas bajo la alfombra deshaciéndose de las personas
supuestamente conflictivas. Una sociedad que merezca el nombre de “humana” no
puede basar su funcionamiento armónico en las venganzas y castigos. Una
sociedad que desee nombrarse como “humana” no puede tratar a una parte de sus
miembros con tales cotas de saña y violencia, como las que suponen el
permanecer en la cárcel sometidas a las condiciones extremas que se dan en estos
lugares.
Es preciso desandar buena parte del camino andado en la
construcción de esta realidad legislativa y penitenciaria tan inmoral y
despiadada que hoy tenemos. Es necesario empezar a apostar por otras fórmulas
de encarar y resolver los problemas sociales que no sean los castigos.
Construir una sociedad mejor es tarea de todas y de todos. En cualquier
aspecto, y en este también.
NO A LA VIOLENCIA DEL
SISTEMA. NO AL USO ABUSIVO DEL CÓDIGO PENAL Y DE LA PRISIÓN.
Ningún comentario:
Publicar un comentario